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Vivir en el extranjero es una experiencia maravillosa. Amplía su horizonte. Le brinda la oportunidad de experimentar encuentros únicos y en ocasiones inusuales. Es una oportunidad de crecimiento personal, profesional y económico y también posibilita a las familias crecer juntas.

Pero también es un desafío. Todos los miembros de la familia tendrán que ajustarse física, cultural y psicológicamente, lo que puede llevar tiempo. El camino hasta la adaptación puede estar repleto de obstáculos inesperados, lo que puede menoscabar su bienestar psicológico y el de su familia.

¿Puede entrañar la expatriación algún riesgo para la salud psíquica de los expatriados?

La cuestión de la identidad es primordial en la experiencia de vivir en el extranjero y plantea muchas cuestiones, como por ejemplo: ¿Quién soy? ¿Cómo puedo sentirme bien adaptándome sin dejar de ser yo mismo? ¿Dispongo de recursos personales suficientes para afrontarlo? ¿Cómo puedo aprovechar esta nueva experiencia en el extranjero para convertirme en la persona que me gustaría ser? Vivir en el extranjero fomenta los cambios en la identidad, a veces antes siquiera de que el propio expatriado reconozca esos cambios y los asimile.

Las relaciones interpersonales son otro aspecto importante de la vida en el extranjero. Las relaciones se someten a una dura prueba durante la expatriación. Vivir en el extranjero significa tomarse un respiro de todo lo que haya conocido antes. Puede sentir un vacío por la ausencia de sus seres queridos y echar mucho de menos los lugares y la gente que deja atrás. También deberá superar la prueba de entablar relaciones nuevas y satisfactorias. Si deja de nutrirse de relaciones, puede sentirse frágil emocionalmente.

¿Qué hace que los expatriados se sientan incómodos o a disgusto cuando están viviendo en el extranjero?

Estos factores varían según el tipo de personalidad de cada individuo, pero el factor primario es el estrés. El lidiar con importantes cambios culturales, lingüísticos y con un entorno desconocido, y la adaptación a una nueva vida de forma constructiva pueden resultar sumamente estresantes, así como mermar la confianza y la autoestima. Incluso las tareas más cotidianas, como llamar por teléfono, pueden hacerse cuesta arriba.

Establecerse en otro país consume mucha energía y esfuerzo. Tras un intenso periodo de establecimiento, puede experimentar un vacío emocional por la ausencia de los lazos familiares que ha dejado atrás. Puede que le invada una sensación de nostalgia e incluso de tristeza. La aflicción hace acto de presencia y un cierto grado de depresión es natural en esta etapa. ¡Todos sabemos que es imposible estar siempre feliz! Aun así, si la sensación de depresión es abrumadora y dura más de dos semanas, deben saltar las alarmas y debe tratarse.

¿Qué pueden hacer los expatriados para evitar sentirse incómodos o a disgusto?

Uno debe evitar marcharse al extranjero para huir de sus problemas. Si lo hace así, los problemas volverán, puede que con más fuerza incluso que antes. La ilustración típica de ello se evidencia en el alto porcentaje de expatriados divorciados. Quien planea marcharse al extranjero debe tener claras las cosas y planificar su salida en todos los aspectos. Tiene que sopesar qué puede perder y ganar a lo largo de la experiencia, qué temores le acechan y qué proyectos tiene en mente para que las cosas salgan bien. Es importante considerar a cada persona parte importante de esta experiencia vital (tanto adultos como niños) para crear una dinámica positiva y lograr que todos se impliquen.

¿Cómo puede apoyar a los expatriados que estén atravesando momentos difíciles?

La vida está repleta de sorpresas y vicisitudes. Todo el mundo sufre altibajos y todo el mundo, sea expatriado o no, tiene momentos en la vida en que necesita apoyo (de un amigo, un profesional médico, un psiquiatra, etc.). Tiene que ser capaz de analizar el grado de dificultad que una persona está experimentando para ofrecerle la ayuda adecuada, sobre todo si necesita medicación (en caso de depresión, por ejemplo). Cuando note que un allegado no se encuentra bien, debe tratar de entender la magnitud del problema y averiguar si necesita ayuda. No se niegue nunca a ver el sufrimiento mental de un ser querido.
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